Segunda parte del debate "Desde la línea central". Ana Escauriaza vuelve a realizar una comparación con la trayectoria de algunos de nuestros caballos más conocidos con la situación actual del turf español. Y mostrando una realidad: debemos acabar con las luchas internas, porque para lograr el buen funcionamiento de las carreras de caballos, todos estamos en el mismo bando!
Desde
la línea central: la curva de Bugatti
De nuevo las
historias de los caballos más queridos por la afición corren paralelas al devenir del turf.
El pasado domingo
día 12 se corría el Jean Prat, un Grupo I. En él dos caballos españoles tomaban parte: Sir Andrew e Il
Segreto. Casualmente ambos caballos han ido pasito a pasito, casi en silencio,
hasta colocarse en la élite europea. Cualquier aficionado tenía el corazón dividido y movía rápidamente los ojos durante todo el recorrido ya que no quería dejar de seguir a ninguno de los dos. Finalmente Sir Andrew fue
tercero e Il Segreto quinto. Unos resultados magníficos que
permiten seguir soñando y planificando, de nuevo, carrera a carrera y escalón a escalón.
Casualmente creo
que el Jean Prat tiene muchas similitudes con nuestra realidad. Ese mismo
jueves se anunció
que las carreras volverían. Después de tantos meses de incertidumbre parece que por fin vemos luz al
final del túnel.
¿Qué similitudes
tenemos? En ambos casos hay dos “bandos”, dos
rivales, dos contrincantes. Mientras que con Sir Andrew e Il Segreto entendemos
que, gane quien gane, gana nuestro turf no pasa lo mismo con las carreras. Los
del bando “ganador” jalean su victoria y los “perdedores” buscan excusas y lanzan malos augurios. ¿Alguien se imagina a Christian Delcher maldiciendo a Fernando Pérez porque Sir Andrew quedó delante?
Probablemente Delcher desearía haber ganado pero también se alegra del buen resultado de un gran compañero y entrenador.
Nuestro turf
tiene que, al igual que estos dos grandes potros, avanzar paso a paso en unos
objetivos reales a corto plazo sin perder el poste de meta final. Pero sólo debe ser crítico consigo mismo y complaciente con el
resto. Debemos disfrutar todos de este espectáculo enterrando
el hacha de guerra. No deben olvidarse ni perdonarse los fallos pero, una vez
buscadas soluciones y apartados los culpables, debe reinar la paz.
Precisamente las
carreras volverán a Lasarte donde, tras la difícil curva de
Bugatti, se vislumbra ya la meta de llegada. Ya sólo nos queda
galopar en la recta final hacia ella. Y como Sir Andrew o Il Segreto sólo podemos esperar laureles al cruzarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario