Fue comprada por la cuadra Hermanos Bolaños en una subasta en Inglaterra, y la trajeron para Gran Canaria, a correr en nuestro hipódromo de Santa Lucía. Un hipódromo muy modesto, donde ganar no tiene el mérito de hacerlo en otros hipódromos de la península. Por eso, muchos hablan de los orígenes modestos de su hijo, Noozhoh Canarias. Pero yo no estoy tan de acuerdo con eso, su palmarés lo demuestra.
En Gran Canaria logró un tercer puesto, tres segundos puestos, y seis primeros puestos. Los aficionados disfrutamos mucho con ella, siempre se colocó, menos una vez, que quedó en el décimo y último lugar, evidentemente porque algo no iba bien en la yegua.
Después sus propietarios se la llevaron a la península. Yo creo que el motivo era que ya había dado todo lo posible en Gran Canaria, y en su distancia, no tenía prácticamente rivales. También en la península tuvo buenos resultados. Una victoria en el hipódromo de La Zarzuela, y otra en San Sebastián. Y quedó varias veces segunda en La Zarzuela, y algún tercer y cuarto puesto.
Es cierto, que no puede compararse con el palmarés de los padres de otros campeones, pero yo creo que está bastante bien. Tal vez, el cariño me ciega. Cuando yo iba a las carreras, Noozhah era una de mis preferidas, junto con algunos más, pero a los que luego les perdí la pista.
Tras su retirada, se dedicó a criar en la Dehesa Milagros, en Navarra. Allí quedó llena de Caradak, convirtiéndose en una yegua famosa, por ser la mamá de Noozhoh Canarias. Y tuvo un segundo hijo del mismo padre, una potrilla llamada Corazón Canarias, que fue comprada por la misma cuadra que es dueña de su hermano Noozhoh.
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Hace tiempo que le perdí la pista. Lo último que supe es que se había subastado preñada, pero no se quien la compró, ni donde está. Me encantaría saber que ha sido de ella, pero estoy tranquila. Ser la madre del mejor caballo español de la historia, le garantiza una buena vida. Ahora todo el mundo quiere tener un hijo de ella. Tendrá que criar, pero disfrutará de los mejores cuidados, y las mejores instalaciones, con prados para pasear y tomar sol. Un destino muy diferente, al de la mayoría de los caballos de carreras de Gran Canaria.
Gracias Noozhah, por hacernos disfrutar viéndote correr. Gracias por darnos la alegría de tu hijo. Gracias porque nos has dado ilusión, y mucha felicidad. Quizás pocos aficionados te recuerden, o quizás lo hagan pero sólo como la mamá del campeón. Pero yo te recordaré como la campeona que fuiste, te recordaré corriendo en la pista del hipódromo de Santa Lucía, con tu pelaje brillando bajo el sol de Canarias.
