lunes, 15 de agosto de 2016

Esto es la equitación... y quien lo probó, lo sabe!

Las Olimpiadas de Rio nos han traído una bonita historia... la de la amazona holandesa de doma clásica que decidió retirar a su caballo porque no se encontraba bien de salud. El animal fue picado por un insecto y sufrió fiebres e hinchazón.

Adelinde Cornelissen se ha dirigido a su caballo así: "Mi compañero, mi amigo, el caballo que lo ha dado todo por mi toda su vida no se merece que lo ponga en peligro".

fuente: El Huffington Post

Como siempre que sucede algo así, las reacciones en el mundo del caballo no se hacen esperar.
La mayoría de los caballistas hemos sentido una gran emoción ante esta noticia y no nos hemos extrañado, pues cualquiera de nosotros habría hecho lo mismo.

Otros, más escépticos, piensan que se retiró porque al comprobar que el caballo no estaba al 100% y ni forzándolo iba a lograr optar a medalla, lo más sensato era retirarlo y encima quedar como heroína.

Y como siempre, los mal llamados "animalistas", que sólo ellos dicen que lo son... que la han criticado como a la peor de las asesinas. Tachándola de maltratadora por el simple hecho de montar a caballo. Acusando a la doma clásica de ser responsable de multitud de lesiones en los caballos, y de un calvario de maltratos durante toda la vida del animal para llegar a ser campeón olímpico.

En primer lugar, tanto los jinetes como los caballos podemos sufrir lesiones, como cualquier otro deportista de élite. Es más, dando un simple paseo por el campo, un accidente puede provocar una lesión irreparable. Los accidentes ocurren, señores animalistas.

En segundo lugar, a mi me dan mucha pena. Ellos dicen sentir un vínculo especial con su caballo. Yo, como jinete, permítanme que lo dude. La equitación no tiene por qué ser una relación de dominación, ni vinculada con la violencia. La equitación es la unión de dos seres, la lucha, el esfuerzo, para lograr un objetivo. Yo dudo mucho que sin ese trabajo en equipo se pueda tener un vínculo tan especial. Podrás tener una relación maravillosa, pero la misma que tendrás con un perro o un gato... bueno, con un perro bastante más grande jajaja.

Monté a mi caballo durante 10 años, y llevo 6 sin hacerlo porque su edad y su salud no lo permiten... en estos 6 años, nuestra relación se ha afianzado y fortalecido, pero dudo mucho que hubiésemos llegado a este punto tan perfecto sin los 10 años anteriores.
Por poner un ejemplo, mi madre lo atiende, le da de comer, lo cepilla, lo consciente muchísimo más que yo... y ni de lejos tiene la misma relación que tengo yo con mi caballo.

Felicidades a la amazona Adeline Cornelissen por traernos esta preciosa historia. No es la primera, ni será la última en este maravilloso mundo del caballo. Porque los jinetes de verdad la entendemos a la perfección, y jamás pondríamos en riesgo la salud de nuestros caballos, ni por medallas, ni por dinero, ni por la gloria de ganar ninguna competición.

También es cierto que hay jinetes, propietarios, preparadores,... que si deciden arriesgar, y quizás por eso este deporte haya recibido en ocasiones cierta mala fama.

Pero la equitación no es eso... son años de trabajo, de paciencia, de cariño, de lucha y esfuerzo, de impotencia, de ganas de superarse... y también, aunque ustedes señores animalistas no lo quieran reconocer: de que tu caballo te espere cada día en su cuadra con ganas de salir a la pista, con ganas de dártelo todo, y tu reconocer cuando esta alegre y feliz de trabajar contigo, y cuando no tiene malditas ganas, y si eres un buen jinete, ese día te irás a dar una vuelta al campo, para que se desestrese del trabajo, y mañana será otro día... eso señores, es la equitación, y quien lo probó, lo sabe.

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